En tiempos de cambios como estos, con nuevos paradigmas de, abastecimiento, el almacenamiento y la distribución, mantener la salud de nuestros stocks no es una opción, es imprescindible.
Y, ¿por qué decimos eso? Porque los stocks forman parte de los activos fundamentales en el patrimonio de la empresa; es donde el empresario ha invertido su capital y de donde se obtiene la rentabilidad de la empresa.
Pero, ¿qué es un Stock enfermo?
Un stock enfermo está asociado a mercadería, insumos, repuestos, etc., desorganizada, sucia, deteriorada, perdida (¿o robada?), donde los inventarios son imposibles de realizar, donde no existe coincidencia en lo que el sistema dice y lo que la realidad muestra.
Nos sobra, nos falta, dependemos que alguien lo busque, o de los “imprescindibles” que saben dónde está todo… y el patrimonio de la empresa se deteriora inexorablemente.
Si además y para “ganarle” a la inflación en un marco de crisis, acumulamos lógicamente más mercadería, la situación empeora y nuestros Stocks colapsan.
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